PRECAUCION: LETRAS

PRECAUCION: LETRAS
la combinación de dos o mas letras, puede tener significado

martes, 7 de abril de 2009

TALLER DE ESCRITURA

Esa mañana al echarse las cartas, mientras desayunaba, la primera fue la sota de copas. Dio un rápido vistazo al resto, nada especial. Pero el recuerdo de esa sota le acompañó durante todo el jueves. Repetía esta ceremonia gitana desde que le dejó Julia hace hoy tres meses, una semana, y doce días.

Recordó que el finde pasado, en una noche de birras y lamentos había prometido a Ramón que acudiría a un taller de escritura que iban a impartir en los bajos del ayuntamiento.

- Pues si no a uno de pintura… o a clases de baile… donde sea, capullo, pero tienes que salir de ti, animarte, abrirte y dejar ese muermo que arrastras.

- ¡Joder! Ramón, que no me veo yo…

- Eso… joder, es lo que te hace falta. Ya vale de lamerte las heridas… y en esos sitios dicen que se liga…y se moja, que falta te hace ya.

. . . . . . .

Nada más abro la puerta me encuentro frente a unas veinte personas sentadas en pupitres, como en un parvulario. El murmullo desciende mientras me siento asaeteado por sus miradas. ¡Coño! La primera intención que tengo es decir: “disculpen” cerrar y salir corriendo, pero un traje que está sobre la tarima y que luego resultará ser el concejal de cultura, me señala uno de los lugares libres: pase, pase y siéntese.

Los pupitres son de dos plazas y a mi izquierda hay una joven morena que parece enfrascada en la lectura de unos folios que lleva en una carpeta. Al girar la cabeza me mira y acerca hacia ella un libro que parecía estar en la frontera de nuestras ubicaciones.

- Hola…, a mi me llaman Joan, le digo a sus verdes ojos.

- Pues a mi No.

¡Jodeeer!... Pienso. Lo que me faltaba. Menudo con la tía. No se donde meterme. Quiero desaparecer. Es bravo intentar hacer o decir algo tras un corte así.

- No de Noelia, continuó ella tras lo que pareció un silencio de años y millas.

Uff… que respiro, siento para mis adentros. Pero atabalado como estoy no se por dónde hilar hebra. Aún me siento noqueado cuando opto por señalar el libro que tiene a su lado.

- ¿Es tuyo?

- Yo tan solo lo compré, me responde con una leve sonrisa.

- Bueno… yo… me refiero… a si es de tu propiedad, balbuceo.

- Pues eso, no soy la propietaria, tan solo la compradora.

- Eso es ser propietaria ¿no?

Me dirige una mirada que de pronto, al entornar levemente sus ojos, parece diluirse en el tiempo, mientras desgrana lentamente:

- Los sentimientos de quien lo escribió… los árboles de sus páginas… el sonido de las rotativas…el olor de su tinta, ¿acaso por unas monedas me pueden pertenecer?

- Mujer, yo me refiero al libro-objeto… me defiendo.

- ¿De veras crees que es tan solo un objeto? Dos de sus páginas han generado en mí emociones y sensaciones que con mi última pareja no alcancé jamás en los tres años que duró nuestra convivencia…

El concejal comienza a hablar, a presentar el curso.

Mis pensamientos me acercan recuerdos de Julia… recuerdos, que se van desvaneciendo como niebla en un amanecer que se demora. Veo de reojo a Noelia atenta al orador. Su mano derecha reposa serenamente sobre el libro, lo acaricia de una forma casi imperceptible, amorosa. Reprimo un enorme deseo de descansar suavemente mi mano sobre la suya…

Bla…bla…bla… de fondo.

Una cálida certeza comienza a embriagarme. Sé que me apuntaré al curso.

1 comentario:

  1. es triste pero un libro nos da más que una persona perdida, no si esta despierta y te hace viajar en alfombra voladora con tan solo una mirada.

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