PRECAUCION: LETRAS

PRECAUCION: LETRAS
la combinación de dos o mas letras, puede tener significado

sábado, 13 de marzo de 2010

4


Dicen que la razón se la dan a los locos, mas... yo no sé de ninguno que la haya querido recoger.

Tardé décadas en aprender a leer. Todo por culpa de la escuela. Ellos sólo me enseñaban a juntar letras... y sin salirme de la linea. Decían que si no, no tiene sentido. Pero un día, como gusano me metí en en el libro de Zajonc, queriendo atrapar la luz... y salí volando, como mariposa, buscando a Goethe. Tras un rato de altos vuelos... caí en picado, deslumbrado, en S.Juan de la Cruz, esquina con cuarteta de Omar y cruce con Li Po. Al rato entré a respirar (peaje necesario) en un cuadro de Chagall. Crucé volando entre chimeneas de serpentinas, violín en mano, montado sobre una partitura de Bach. Lógicamente el asteroidizaje fue en casa del principito. Allí estaba éste ligando con Alicia. Querían sembrar un agujero negro, para venir a verme. Estuvimos toda la tarde filosofando sobre si el ocho es un infinito vertical o las gafas de un cuatro, verde esmeralda, que se encontraba oliendo el suelo. Esa noche, agotado y antes de dormir, me acordé de los cuerdos. Pobrecillos, sólo saben seguir la linea, esa cuerda que los ata. Aún no se consienten volar, o al menos dispararse por el arco iris. ¿Puede ser que se mareen con la altura?. El caso es que tampoco dejan que otros lo hagan. Esto mismo les pasó hace mucho mucho... a las gallinas. Como buenas aves antes volaban, sobre todo los jueves... y más alto, si estaban contentas. Ni te cuento cuando se enamoraban... entonces... muchas se convertían en estrellas... y hasta en burbujas de adagios. Por eso a mi, ahora, me da mucha pena verlas tabuladas... y que ya no pongan huevos de sueños y colorines. Aunque... también hay personas que están todo el día tabuladas... mas... no se yo, estas... ¿qué huevos hacen con sus huevos?

jueves, 4 de marzo de 2010

3

Todos los relojes le marcaban las siete. Entonces supo que era su hora de subir. Corriendo, no vaya a ser que arranque el reloj y le atropelle. Siempre llega descalzo. Sus zapatos de hierro se quedan un poco mas abajo. No tienen cabida... ¡por pesados!... jajaja, por un momento recuerda cuando le regalaron aquellos de cristal. Se le veían los dedos por los agujeros. Además, por esos orificios, se le colaron dos miércoles y un adagio, que le cosquillearon un soneto durante cuatro noches seguidas. ¡Quien lo diría!. La caja de zapatos todavía tiene el precio pegado al lazo: dos lirios y un amanecer nublado... y es que ya se sabe, para los amigos es muy caro encontrar un amanecer nublado. Si nunca has sido grano de arena... no sabes lo que es ser grande. Un día, esta vez dice que fue adrede, se metió en el ojo de un serio de bigotes y lloró y lloró, el bigotes, hasta que llegó a su nacimiento. Tres litros de colorines. En su sonrisa, ahora de hamaca, se columpian cinco sueños y un gnomo. Por cierto, que sus arrugas se plancharon solas, sin necesidad de potochofffff.

2

Hoy le veo sentado junto al fuego. Remienda su hatillo. El otro día se le escaparon estrellas y espanta-suegras. Algunos del pueblo corrieron asustados por grandes gatos, mientras otros ordeñaban ovejas para hacer buñuelos de recuerdos. ¡Él si que sabe que los burros vuelan!... y las ovejas. Y que éstas, sólo al final del invierno, dejan jirones de vellón en las ramas de los almendros.

Anoche bajó a la fiesta de las letras. Humo por todos los lados... y sin fumar Fuego por ninguno. Nadie acertijó su acertijo: ¿qué es lo que cuanto más grande es, menos se vé?. Un niño apagó la luz, mientras los restantes niños le coreaban “la oscuridad, la oscuridad” riendo a carcajadas. Los patos corrieron a esconderse bajo las butacas. Un tren, a lo lejos, gritaba tu nombre buscándote en los túneles. Acababa de dejar sus ruedas en la casilla siete. Tal vez por eso volaba. Era casi otro día. De tan viejo. Tenía la noche los ojos canosos. Subió un pelín cabizbajo. Creo que por eso está ahora remendando su hatillo... sentado junto al fuego.