Hoy me pesa en el recuerdo
un rosario de miradas
cómplices, por un instante,
de mil soles tras sus ventanas.
Nacidas de repente...
en una espera... un tren... una barra...
y que por temor a abrasarse
sólo se llevaron del fuego
el rescoldo de unas brasas...
apagadas.
Gestos tímidamente guardados
antes de nacer.
Sentires que estremecen,
tratando de florecer en palabras,
se ahogan en la garganta.
Y así nos llega la Parca
con ese gesto reprimido
y en sus ojos... esas miradas
para arrastrarnos por un río,
de instantes que no vuelven,
de todas las palabras...
impronunciadas.
Muy lindas tus Palabras amigo.
ResponderEliminarUn beso
Flor
Iosu palabras no pronunciadas… ahogadas en la garganta… quizás tan solo tímidamente con las miradas fueron pronunciadas silenciosamente cuando estas fugazmente se encontraban…aunque ahora quizás no encuentras esas mismas miradas…estas no se desmoronan las guardas como brasas …que evocan el calor sentido de aquellos mil soles …en el mar de tu corazón lleno de sentimientos… viven aún…pero hoy aún tienes cómplices miradas…gestos de ternuras…siempre esperando tu regreso con cariño…te quiero mucho amigo …besos
ResponderEliminarTriste poema de lo que pudo ser y no fué, no se pueden desandar los pasos dados, tan solo aprender a darlos mejor.
ResponderEliminarCon mi cariño de siempre. Siete besos
Pues yo no hago más que entrar en los restos de las chimeneas en tus blogs y llevarme rescoldos de brasas...apagadas...les soplo un poco y...¡hala!...ya está el fuego encendido de nuevo.
ResponderEliminar¡y que no se duerma el reten de los bomberos|
Un rescoldo.
Julio