PRECAUCION: LETRAS

PRECAUCION: LETRAS
la combinación de dos o mas letras, puede tener significado

martes, 15 de junio de 2010

las nuevas islas

Cuando la Corpus se fue con el último tañido del campanario, Zacarías supo que una puerta se cerraba tras de sí. Durante algún tiempo pudo resistir, cuidando sus ovejas y viviendo como hasta entonces. Pero un invierno de gripe su hija y el marido lo raptaron para su casa en la ciudad.

En el último piso de una finca estaba ahora su madriguera. Le pusieron una cama en la habitación del nieto. Este le consideró desde el primer día un invasor y lo mantenía a raya con la música bacaladera que tronaba en el cuarto. Pegado a los cristales de las ventanas buscaba la luz como planta que se mustia o animalillo enjaulado. No entendía la tele.

Salió a la calle y tras el agobio del ruido, olores y el frenesí de la prisa, dio con un parque. Tumbado sobre el césped, bajo una enorme haya, remontaban sus recuerdos hasta su rebaño, cuando un municipal le gritó que hiciera el favor de salir inmediatamente de allí. Discutiendo, le cuestionaba Zaca porqué la Naturaleza solamente podía ser vista.

Pero un miércoles a la noche, después de cenar, en el silencio de las trivialidades, al ver la tele algo ocurrió. El reportaje era sobre Belchite y la guerra civil española. Hubo un momento en el que el viejo Zaca comenzó a decir: “ese hombre está equivocado, eso no fue así”. Bruscamente le recriminan que guarde silencio, que se trata de un documental histórico...y por tanto lo que cuentan es siempre cierto... y que no interrumpiera más.

Calló. ¡Como si él no supiera lo que ocurrió entonces!. Él sí estuvo allí, temblando como una hoja con el estruendo de las bombas. Con dolor y congoja le tocó llevar en sus brazos los cadáveres de muchos amigos.

Triste, se levanta y se va al aseo. Sin encender la luz, cierra la puerta y rompe a llorar. Desde niño no lo hacía: “los hombre no lloran”. Ahora se desmorona, ya no es un hombre, tan solo un viejo.

Pasado un buen rato, por el ventanuco abierto y poco a poco, se le fueron colando desde el patio de luces: gritos de niños, conversaciones entrecortadas, olor a sardinas y el familiar batir de tortilla en plato. Una leve sonrisa desde su interior, como gaviota, se posó en su rostro. Se descubrió sentado en la taza del water, fumando un cigarro, mientras las fantasmales volutas de humo se llenaban de vida con la luz que la luna llena desparramaba desde el tejado.

En ese instante se dio cuenta que en el mar oscuro y turbulento de esta sociedad, acababa de descubrir en el retrete, esa pequeña isla que al menos por unos momentos, le permitía ser feliz.


3 comentarios:

  1. Muy bueno relato, me emocioné!

    Un beso
    Flor

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  2. ...."al menos por unos momentos le permitía ser feliz"; gracias Yosu, eres una de mis islas.

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  3. Todos deberíamos tener una isla...solo hay que saber donde esta.


    Besos con cariño

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